Cuando se da inicio a la vida laboral siempre se piensa mucho en las infinitas posibilidades que se tienen a futuro. Gastar dinero propio en lo que personalmente se prefiera es el sueño de toda persona que se inicie en un nuevo trabajo, tenga sus necesidades cubiertas y un poco más.
Derrochar es el talón de Aquiles de toda persona. Sin embargo, llega un punto en la vida cotidiana en el que se debe aterrizar de la nube de sueños financieros en la que volamos. No es de extrañar que desde la juventud empecemos a escuchar acerca de la inversión, la inflación y la vida financiera responsable.
Son conceptos con los cuales nos tropezamos una y otra vez, aunque no queramos, y es necesario prestar atención, pues es bien sabido que la juventud no es eterna y hay que garantizarnos un futuro estable. Para ello existen diversos consejos útiles a seguir.
Beneficios de la inversión
Antes de invertir, es necesario conocer bien en qué invertimos nuestro dinero y a qué le estamos poniendo nuestra confianza económica. Invertir es beneficioso en distintos sentidos, dependiendo del horizonte de inversión al que nos estemos enfocando: corto, mediano o largo plazo.
Existen distintas circunstancias que requieren una inversión. La más sonada es la vejez: invertir para la vejez cuando se es aún joven, nos evitará problemas económicos en gastos necesarios como la salud, la vivienda y la alimentación; durante una época donde probablemente ya no podamos seguir trabajando. Además de que, si se invierte en un negocio rentable para manejarlo tranquilamente desde la vejez, nunca faltarán las entradas de dinero en el hogar.
Invertir te hace mucho más responsable con el dinero y te enseña a ahorrar, crear fondos de emergencia o simplemente adquirir bienes que te serán muy útiles en un futuro, como fincas, terrenos, casas, etc.
Otra de las ventajas de la inversión es el poder tener una reserva para darte los gustos que desees, administrando bien el dinero y dándole un uso responsable, sin gastos de más.
¿En que debería invertir mi dinero?
Antes de hacerte esta pregunta, debes primero pensar en cómo deseas invertir. Si se quiere invertir a corto y mediano plazo, se puede crear un fondo para ello, e invertir en un negocio pequeño en menos de un año, dándole la atención necesaria para que este dé sus frutos y poder recogerlos en un futuro no tan distante.
Aparte de esto, se puede invertir en acciones financieras de alguna empresa que te dé la suficiente confianza. Es recomendable que dicha empresa sea reconocida y que, cuando menos, existan buenas probabilidades de que recuperes y hasta dobles tu inversión inicial a futuro.
Como ya se ha mencionado antes, lo más repetitivo que se ha visto respecto a lo que invierten las personas han sido los bienes raíces y con justa razón. Invertir en inmuebles o en locales comerciales es una decisión bastante inteligente, aunque también puedes añadir a tu lista de inversiones futuras un auto nuevo. Estos son los activos que más tienden a revalorizarse.
Igualmente, se puede invertir en tecnología: computadores, teléfonos, televisores; todo de última generación. Si consideramos que la tecnología va en constante ascenso, no podría decirse que sea una gran inversión a largo plazo, pero es una buena idea para una inversión a corto o mediano plazo, donde cada cierto tiempo puedas renovar la mercancía y hacerte un nombre entre los clientes.
En resumen, es posible invertir. Cualquier persona, independientemente de cuánto dinero gane, puede hacerlo. Se deberá ser responsable con cada salida de dinero, y es recomendable mantener una monitoreo activo de las finanzas personales. Asimismo, hay que seguir siempre con un constante ahorro, creando presupuestos e invirtiendo al principio solo lo que se tenga a la mano.
Y recuerda: ninguna inversión es 100% segura. Todas implican un riesgo, así que solo debes invertir lo que estés dispuesto a perder. Si alguien te asegura lo contrario, seguramente trata de estafarte. ¡No olvides visitar nuestro blog para más consejos financieros!